EXPERIENCIA DE GIRACUENTOS

Visitamos a los niños hospitalizados llevando libros, juegos y nuestra mejor sonrisa para alentar su proceso de sanación.

Ximena M.

En el acto de amor se produce un milagro. Cuando uno se pone el uniforme de Giracuentos y entras al hospital te transformas simplemente en una persona, sin roles, sin títulos, simplemente uno, en este estado te conectas con los niños que logras ver no como enfermos, sino como niños con vida y ahí empieza la experiencia.

Ellos te regalan su alegría, su tristeza, su sabiduría, ellos te dan algo que repleta tu corazón de alegría y fuerza para continuar porque nunca más los olvidarás. Hay que sentir y no apagarse con los niños. Tengo 2 periodos de 1998 al 2004 en la sala de Oncología y del 2013 a la fecha en todas las salas, siempre en el grupo del Roberto del Río.

Marisol Q.

Mi experiencia como voluntaria hace al menos 7 años en el acompañamiento a niños hospitalizados ha sido de un gran aprendizaje. Primero por la manera de llegar a ellos, como lo haría con alguien muy querido y cercano que es leyendo cuentos.

Jamás pensé el impacto y bienestar que en ellos provoca ese corto espacio de encuentro con una tía para ellos desconocida que sólo sabe su nombre y que de un bolso con campanas salen historias que asombran y muchas veces causan sonrisas y sosiego. Pará mí cada niño/adolescentes es un mundo y cada uno me hace también conectar con mi niña interior que también se llena de gozo en cada visita. Una experiencia renovadora de energía, llena de luz, magia, inocencia y sobre todo mucho Amor. Cada visita al hospital es una lección de vida, me siento afortunada y agradecida de vivir esta experiencia.

Mariela M.

Ingrese a mediados del año 2016, hacía tiempo que estaba buscando una institución de ayuda a la comunidad de la cual formar parte. Encontré esta Fundación a través de una amiga y ha sido el más bello regalo que he recibido.

Me incorporé con mucho entusiasmo y también con algo de miedo porque no sabía cómo sería la recepción por parte de los niños y tampoco estaba segura de cómo me afectaría su condición. A medida que iban pasando las visitas que hacía semanalmente al hospital, cada día salía con mi corazón más lleno de amor y eso era por todo el cariño que recibía por parte de los niños quienes, a pesar de la condición en que se encuentran, te recuerdan y te regalan una sonrisa que te sobrecoge. Para mí, esta experiencia ha sido increíble y tengo la certeza de que ellos me han dado mucho más de lo que yo les he dado a ellos.

Ma. Isabel B.

Dicen que a los 20 años de matrimonio se festejan las bodas de cristal. Por estos días cumplo 20 años como voluntaria en la Fundación Giracuentos, y me ha parecido que es una comparación muy apropiada para el acompañamiento que realizamos a los niños.

Ellos, al igual que el cristal parecen frágiles, sin embargo, tienen la fortaleza de una roca, que es de donde se saca ese material. También son transparentes y el cariño que reciben de nosotros, envuelto en cuentos, lo reflejan en sus sonrisas. Finalmente, su estadía en el hospital nos recuerda a la fragua donde el cristal toma la forma que el artesano le desea dar, lo que nos hace poner cuidado en todos los gestos y letras que llevamos a sus corazones. Porque ser Giracuentos es cada día un aprendizaje, un privilegio y una oportunidad de participar en el proceso sanador de un niño.

Jorge B.

Yo soy Giracuentos desde hace seis a siete años aproximadamente; llegué a la Fundación a través de una amiga de muchos años, que me dijo que yo podría servir en el hospital para apoyar a los niños que están pasando un momento difícil.

La razón de incorporarme a Giracuentos fue pensar un poco en devolverle a la vida lo que la vida me ha dado; y continuo, porque cuando vuelvo del hospital vuelvo mejor que cuando entre. Visitar el hospital es una experiencia grata leyéndole cuentos y mejorándole el tiempo y la experiencia a los niños, fomentar un poco la lectura en ellos; que por un momento vivan una experiencia diferente a la que tienen en ese minuto. Eso es algo enriquecedor para uno pensar: y si esa persona está en un momento difícil más lindo aún.

Claudia R.

Llevo dos años y medio siendo parte de Giracuentos y el ser voluntaria y el llevar y acercar la lectura y los cuentos a los niños es algo maravilloso.

Es increíble como el poder contarles un cuento o jugar con adivinanzas les da un momento no solo de acercamiento a la lectura, sino que también de felicidad y acompañamiento que le permite olvidar por un instante su estadía en el hospital. Me siento muy feliz de pertenecer a este voluntariado y si pudiera retroceder el tiempo sin dudas, mil veces, volvería a postular.

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¿Te gusta leer?, ¿te gustan los niños?, ¿te gustaría saber más de literatura infantil?

Intégrate a este gran equipo y lleva alegría y cuentos a niños hospitalizados!

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